Para poder querer a las demás personas primero deberás quererte a ti misa. El temor y el amor son dos sentimientos muy fuertes que se oponen entre sí, el temor inquieta, turba y paraliza, mientras que el amor trae consigo plenitud y libertad, el uno trae confianza y alegría mientras que el otro inseguridad e incertidumbre a tu personalidad.
No debiéramos sentir temor cuando amamos y abrimos nuestro corazón para dar y recibir amor, lo ideal es que amemos en ése nivel de libertad donde el amor se abre a numerosas posibilidades y oportunidades, desarrollando así una vida rica, abundante y favorable para nosotras mismas y hacia los demás.
Estamos dotadas con un tremendo potencial para dar y recibir amor de forma creativa y sin medida, por eso la importancia de desarrollar una conexión sana entre el amor y nuestras verdaderas motivaciones.
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Pudiera ser que nuestra percepción del amor viene a ser un tanto afectada por ciertos temores o miedos, los cuales no tienen nada que ver con el amor propio y tu amor hacia los demás, y no sólo lo confunden y obstruyen, sino que inhiben el amor de calidad .
Aquí exponemos 6 temores que arruinan, el amor propio y tu amor hacia los demás:
1. El temor a la soledad
¿Evitas estar contigo misma y sólo te sientes segura con la compañía de alguien más? Estar rodeada de gente no precisamente es estar acompañada, tiempo a solas contigo misma puede ser lo que necesitas para conocerte mejor, fortalecer tu amor propio, asegurarte de qué es lo que persigues y qué estás haciendo para alcanzarlo. Descúbrelo y no sólo amaras tu compañía sino que serás una mejor compañía.
2. El temor al enojo de otros
Debido a heridas del pasado no sanadas, algunas mujeres callan sus sentimientos sólo para evitar conflictos, escogen «llevar la fiesta en paz» antes que confrontar el asunto, callan por temor a la reacción de otros, pero esto está muy lejos de expresar amor propio , todo lo contrario se desarrollan sentimientos negativos como la amargura y frustración.
3. El temor a «no ser buena»
Aquí el temor nos lleva a decir «si» cuando queremos decir «no» y viceversa, aunque la bondad es fruto de un corazón lleno de amor, pensamos que tanto como seamos útiles tanto así seremos más buenas y por consiguiente más amadas. Esta situación produce mucha infelicidad y quebranto, evitando desarrollar un amor propio.
4. El temor a culpabilidad
Refiriéndonos a la culpa destructiva, ésa que trae sobre ti inquietud, resultado de haber hecho algo mal o que no debíamos, nos disgustamos con nosotras mismas, asi que intentamos reparar el daño causado mostrando un «falso amor» y destruyendo nuestro amor propio.
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5. El temor al rechazo
Este temor nos lleva a dar o expresar amor por el sólo hecho de ser aceptadas y valoradas. Aqui la cuestión es que nosotras mismas no nos gustamos, nuestra personalidad no ha sido bien definida e intentamos ser otra persona que no somos para evitar ser rechazadas.
Nuestro concepto de amor propio es muy débil, así que tenemos que fingir para evitar ser rechazadas.
6. El temor de volver a amar
Cuando hemos experimentado una fuerte desilusión es muy probable que nos sintamos renuentes a entregar el corazón nuevamente, y darnos la oportunidad de volver a amar.
Aunque esta postura es muy válida después de una decepción, no podremos resistir mucho tiempo y quizá sólo logremos cometer los mismos errores.
Será más provechoso tomarte un tiempo para mimarte, conocerte, disfrutarte . permitir que crezca tu amor propio y dejar ir recuerdos que solo te dañan, así, estarás preparándote para reconocer el momento de abrir nuevamente el corazón y dejar el temor de volver a amar.
Aceptación, seguridad, libertad y la sana manifestación de nuestras emociones son el resultado de un esmerado trabajo interno, no nacemos con ello, debemos trabajarlo con ahínco y determinación para no conformarnos a quedarnos como estamos, vayamos tras el éxito y abandonemos los temores que impiden una vida con amor de calidad donde no hay cabida para el temor que sólo arruina el amor propio y tu amor hacia los demás.
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Disfruto siendo mujer y amiga. Colaboro en grupos de apoyo donde la mujer encuentra un espacio para sanar su alma y espíritu. Creo que la adversidad en la vida no se presenta para derribarte, sino para despertar las habilidades y cualidades necesarias para un profuso florecer. Reflexiono y escribo con interés especial en las emociones que distinguen a la mujer así como en la disposición y determinación para amarse y sabiamente amar. Actualmente habilitándome como “Instructora de relajación y desarrollo personal.”
en definitiva, nadie te dará más valor que tú misma. Y sabiendo tu valor, jamás dejarás que nadie te trate como si valieras menos. Y esto aplica en todos los aspectos: Pareja, familia, trabajo, amigos.