Suena paradójico, pero aceptar nuestras emociones negativas puede hacernos más felices a la larga
La mayoría de nosotros nos ha dicho que «Anímate» o «Mira el lado bueno» frases que vienen de familiares y amigos bien intencionados
A veces, es porque nos ven tristes, enojados, ansiosos o frustrados, pero también puede suceder porque nos vemos pensativos, inseguros o casi en cualquier otro estado que no sea alegre. Si bien podemos sentir la tentación de decirles «eso no me hace sentir mejor», no lo hacemos porque, bueno, los queremos y a pesar de todo lo hacen por no vernos sufrir.
Pero hay que ser conscientes que las personas pueden sentirse mal, pueden sentirse tristes o enojados y eso está bien, validar sus emociones también es una forma de decirle que es importante y que puede contar con nosotros.
La próxima vez, siéntete libre de hacerlo (pero se cortés)
«Ser positivo se ha convertido en una nueva forma de corrección moral», dice la psicóloga Susan David , fundadora y codirectora del Instituto de Entrenamiento del Hospital McLean de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Ser positivo se ha convertido en una máscara que tenemos que usar para aparentar una realidad que no es precisamente la realidad, nuestra y de casi ninguna persona, todos tenemos problemas, retos y frustración y validarnos a nosotros mismos nos hace humanos reales.
Reprimir o alejarnos de nuestras emociones difíciles no es saludable ni útil
«Lo que sucede es que disminuye nuestra capacidad de tratar con el mundo tal como es, no como deseamos que sea». Esto se asocia con niveles más bajos de resiliencia , niveles más bajos de bienestar y niveles más altos de depresión y ansiedad.
La positividad a ultranza nos genera niveles altos de ansiedad y frustración por no cumplir los estándares y las expectativas de la máscara que nosotras mismas nos impusimos. Y también afecta nuestras relaciones y nuestra capacidad para lograr nuestros objetivos.
Entonces, ¿qué debemos hacer en su lugar?
“En lugar de forzar la positividad sin razonamiento, una forma crítica de lidiar con una emoción difícil es etiquetarla de manera efectiva».
Las personas usamos etiquetas muy en blanco y negro para describir cómo nos sentimos, o estamos muy bien o estamos muy mal.
Decir que estamos ‘Estresados’ es una de las etiquetas más comunes. Pero hay un mundo de diferencia entre el estrés del verdadero agobio, el estrés porque estás decepcionada o el estrés de saber que estás en el trabajo incorrecto o en la relación incorrecta.
Cuando podemos etiquetar nuestras emociones con mayor precisión, es decir identificar muy puntualmente cómo nos sentimos y exactamente porqué, nos ayuda a comprender la causa de esas emociones y activa lo que se llama un «potencial de preparación», tu capacidad para establecer metas, modificar lo que no te gusta y hacer cambios concretos reales «.
Luego, cuando identifiques tu emoción, “observa la emoción con profunda compasión»
La gente frecuentemente piensa que la compasión se trata de ser débil, sin caracter o mentirse a uno mismo. “En realidad, la compasión te permite crear un espacio seguro dentro de ti misma en el que puedes correr más riesgos. Puedes explorar el mundo y puedes ser más efectiva, porque sabes que si las cosas no salen bien, seguirás siendo amable y comprensiva contigo misma. La compasión se asocia con mayores niveles de efectividad «.
Esta postura baja la intensidad de la ansiedad, porque estás comprendiendo que puedes fallar y que aún así, ser amable contigo te permite volver a empezar rectificando el camino, sin recriminarte a ti misma por ello.
Finalmente, «trata de valorar la historia emocional por lo que es»
Crea un espacio entre tu persona y lo que sientes, viéndolo como una espectadora y nombrando todas las dimensiones de tu experiencia con una visión objetiva. En lugar de simplemente decir «estoy triste», di algo como: ‘Me doy cuenta de que me siento triste, me doy cuenta de que me siento debilitada, me doy cuenta de la razón por la que me siento así y me doy cuenta de la necesidad de llorarlo para desahogarme’.
Esto te permite llevar otras partes de ti misma, como tus valores, tu autocuidado y tu razones para no seguir reteniendo una emoción negativa, sino dejarlo salir.
Hacer esto también te ayuda a hacerte cargo de tus emociones en lugar de sentirte frustrada. «Lo que es más importante no es si tienes pensamientos o emociones negativas, sino si te enganchas en ellas», con este cambio de paradigma puedes identificar cuando tus pensamientos comienzan a conducir tus comportamientos y tus interacciones y hacer un cambio de chip para evitarlo.
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