La industria de la lencería vivió horas bajas durante la crisis económica. En países como España cayó en picado en 2009, algo que se debió no solo al descenso generalizado del consumo, sino también a la feroz competencia que representan los grandes productores asiáticos, que juegan la baza de los precios irrisorios.
Poco a poco, sin embargo, el sector se ha ido recuperando, como sucede con el textil, al que suele adscribirse. En 2015, el gasto de los españoles en moda íntima y baño superó los 1.000 millones de euros, lo que incluye lencería, corsetería y ropa de baño. De hecho, no era habitual que los grandes eventos, escaparate de la moda textil como el Momad Metrópolis de Ifema, dedicara tanta atención al sector. No era relevante en el programa hasta hace poco.
Entre todo el catálogo, el sujetador está entre las prendas más buscadas. Lo fue en 2015, con 54 millones de unidades adquiridas, unos 227 millones de euros según los datos del Centro de Información Textil y de la Confección, Cityc. Le siguieron ropa de dormir, bragas, slips y calzoncillos, albornoces, batas y similares, fajas-sostén y las combinaciones y enaguas.
En el caso de España, China fue el principal proveedor, mientras que Irlanda, Francia, Italia y Portugal son los principales clientes que tiene el país en este sector.
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El lado más sensual
Se esgrimen muchas razones por las que invertir en ropa interior de calidad. Su papel de sostén influye más de lo que se pudiera pensar en el resultado, una vez que estamos vestidas. El bra es un claro ejemplo de ello. Además, son prendas en contacto con partes íntimas, por lo que el tejido deberá ser el correcto para dejar transpirar a la piel. Si es resistente, aguantarán más los lavados.
Escoger la ropa interior correcta también genera confianza. Hay situaciones en el día a día que pueden provocar que se vea, como tener que agacharse y sentarse con unos pantalones de talle bajo.
El conjunto de lencería que se lleve, además, puede resultar de lo más sugerente a la hora de subir la libido, inspirarse para una sesión de pasión en la que se de rienda suelta a la imaginación. Lo que llevamos puesto transmite un mensaje, y en el caso de la lencería es evidente.
Un sexshop como el que puedes encontrar en esta web tiene, de hecho, conjuntos de lo más explícitos. Sus picardías, ligueros, cuerpos en red, corsets, teddys y bodys, babydolls , vestidos lenceros, tangas y cultos o medias están pensados para añadir sensualidad, con diseños de lo más atrevidos. En esta web, de hecho, también se pueden encontrar disfraces modernos y disfraces pin up , en la misma categoría de lencería, con las que montarse una sesión de lo más sexy, llena de morbo y excitación.
Empresas innovadoras
Así pues, como sucede con otros elementos textiles, la moda íntima está diseñada siguiendo una línea funcional y estética al mismo tiempo. Y eso de cumplir una función no tiene solo que ver con el sostén o la protección, como demuestran otras empresas innovadoras que han explorado los caminos de la ropa interior en busca de otro concepto.
Una de las propuestas más recientes es la de Cocoro, unas bragas absorbentes para llevar en los días de regla. En la web de la marca se venden a menos de 30 euros, y sus creadores aseguran que son aptas para recoger la menstruación, el flujo vaginal o las leves pérdidas de orina. Es gracias a un tejido patentado que reúne las características de ser muy absorbente, hidrófugo, antibacteriano y transpirable. Eso a la par que juegan con diseños agradables, cómodos y reutilizables.
También es una empresa española la que comercializa ropa íntima que ayuda a prevenir y eliminar olores e infecciones en la zona. Es gracias a un tejido natural elaborado a base de algas, bambú e iones de plata, que se puede adquirir en farmacias. El producto fue desarrollado tras el trabajo del grupo de investigación de textiles inteligentes y funcionales de Aitex, junto al Instituto Dermatológico Mediterráneo.
La tendencia misma demuestra que la exquisitez con la que se diseñan y producen estas prendas hace que muchas mujeres no renuncien a enseñarlas. De ahí que se quieran lucir los sensuales bralettes bajo chaquetas abiertas o incluso sobre jerséis y camisetas, que los sujetadores se dejen ver bajo blusas y camisas con transparencias, o que los vestidos y tops lenceros hayan arrasado.
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