¿Por qué Abogada? Cómo sabré quién es el mejor abogado ¿tienen tarifas establecidas? Lo que Debes Saber Antes de Elegir un Abogado
La semana pasada di una charla en cierta preparatoria particular en Metepec, gracias a la invitación de una ex-compañera de preparatoria que me contactó por Facebook (muchísimas gracias por tan bella experiencia).
La charla estaba planeada para media hora y total, que nos alargamos hora y media. Eran chicos de preparatoria, haciéndome preguntas clásicas sobre: ¿qué pasa si me agarra el alcoholímetro? ¿Y si chocó el coche de mis papás? Y ¿por qué es mejor derecho que ciencias políticas? ¿qué debo estudiar si quiero ser presidente?
Por mi parte, yo les expliqué la relación amor-odio que tengo con mi carrera. Es una carrera que si bien, en mi caso duro cuatro años y medio, implica estudio diario y actualización constante.
A mi particular punto de vista, no es que sea mejor o peor que Ciencias Políticas, sino que son ámbitos de acción diferentes. Desde mi perspectiva, los que planeamos dedicarnos a tener puestos de elección popular, debemos ser abogados, pues debemos conocer de las leyes, cómo hacerlas, su ámbito de aplicación y sanción, así como los medios de defensa pertinentes.
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No discrimino a los diputados que no tienen ni la preparatoria terminada (de que los hay, los hay) pero estoy en la creencia de que si tu trabajo es hacer leyes, lo menos que puedes hacer, es conocer de dónde salen, por qué y para qué. Tampoco creo que el presidente de la República requiera ser abogado, digo, al final en teoría para eso tiene un gabinete de expertos y sus respectivos asesores, el caso es saber qué, cómo, por qué y para qué.
Después pasamos al aspecto de mi vida personal, el asunto es bien simple: no sé por qué o para qué estudié Leyes. La gente piensa (así como con los doctores) que tener un amigo abogado es «pregúntale gratis» y que sabemos de todos los temas… «Oye qué pasa si… “cosa que no es cierto, los abogados nos especializamos en materias, salimos siendo «todólogos» y el camino de la vida nos lleva a enfocarnos en una o varias materias. Por lo que entendieron que pueden ser abogados y después especializarse en procesos legislativos o administración pública (como yo).
Ahora, a lo que nos atañe todo esto, si requieres a un abogado ¿cómo saber si es bueno o malo? ¿Tenemos tarifas? ¿Cómo elegir un abogado concreto al caso?
El principio básico es que si ya conociste a uno, te recomendaron uno o de plano encontraste un despacho, lo mínimo antes de elegir un abogado es que le pidas que te muestre su cédula profesional. Existen miles que se dicen «licenciados» o «abogados» y no cuentan con una cédula profesional que los ampare (créeme, tengo casos cercanos donde parecen ser abogados y al momento de los «trancazos» resulta que no tienen la cédula y pretenden uno que sí la tiene, los saque del atolladero). En caso de que no te la dé o bien, quisieras corroborar que es verdadera, puedes hacer una búsqueda en la Dirección General de Profesiones, te dejo la página aquí: https://www.cedulaprofesional.sep.gob.mx/cedula/indexAvanzada.action
Antes de elegir un abogado es muy importante esta situación, pues es un delito muy grave la usurpación de profesiones y al momento de un juicio, puede haber graves problemas si resulta no contar con ese número mágico (en otro artículo te explicaré qué es y cómo funcionan los amparos).
Al elegir un abogado, verifica la escuela de la que procede, no discrimines entre escuelas públicas o privadas, hay veces que con todo y que salen de una escuela de «paga», resultan ser bastante ineficientes. Simplemente, ve la fiabilidad de la escuela y el prestigio de la carrera y los profesores.
El abogado que te diga que sabe de todo a la perfección, te miente. No he sabido ni conocido a un abogado que maneje absolutamente todas las materias (desde civil hasta migratorio o aeronáutico), en cambio, he conocido a muchos fanfarrones que se atreven a opinar de todas las materias sin tener la certeza profunda de lo que hablan. Revisa cuál es su especialidad.
Una sección opcional al elegir un abogado es saber si pertenece a un Colegio de Abogados, el pertenecer a uno implica que sus conocimientos están avalados (hasta cierto punto).
No tengas miedo de preguntar cuántos casos ha perdido o ganado, si es suficientemente honesto, te dirá sus «estadísticas». La ética es fundamental en materia de elegir un abogado.
Vamos a lo delicado cuando hay que elegir un abogado, el precio. Esto puede variar dependiendo del caso, la dificultad, la materia, el lugar…Prácticamente todo cuenta. He conocido abogados que te cobran $35 dólares la hora de asesoría (sí, dólares aunque estemos en México) desde el momento en que los saludas hasta que les dices “gracias y adiós”. Por otro lado, existen los defensores de oficio, los cuales te son asignados y no cobran nada por sus servicios. A nivel federal los puedes encontrar aquí: https://www.ifdp.cjf.gob.mx/
Usa las redes sociales a tu favor: seguro tiene Facebook, Twitter o LinkedIn; nada tiene de malo que le des una miradita a su perfil antes de elegir un abogado.
La intuición cuenta, si llega tarde a las audiencias o incluso a las asesorías, puede ser un signo de que no le está poniendo mucha atención al asunto. Como buen abogado sabes que los términos son fatales.
Ahora, si ya lo tienes contratado, pregúntale todas tus dudas. Como abogados debemos tener la facilidad para explicarles a nuestros clientes cómo va su proceso y los pasos a seguir; si no entiendes lo que te está diciendo, no dudes en decirle que lo explique en palabras más simples. Firma un contrato de servicios profesionales al elegir un abogado, es indispensable para que estés protegido, de igual forma, deberás ser cuidadoso que tenga una cláusula de protección de datos personales.
Si vez que tu asunto de plano esta “parado” o sientes que no avanza en cierto tiempo, no dudes en tener una segunda opinión. Es completamente válido que consultes el caso con otro abogado, más no esperes que te de la misma solución a tu problema; velo como un juego “adivina quién” o “clue”, cada abogado tiene sus estrategias y metodología.
Lee las cosas antes de que las presente ante un juez o autoridad. Sé que tenemos una terminología “rara” y muchas veces usamos “latinajos” que pocos entienden. Por favor, dale una mirada a todo lo que promueva tu abogado, es con el fin de que al menos, estés enterado de lo que hace. Detesto sobremanera la mala ortografía y redacción, un escrito impecable siempre es de buen ver y agradable a la lectura de la autoridad competente, vamos, que te hace la vida más fácil.
Tienes que ser consiente que los abogados hacemos lo mejor que podemos y hasta donde nuestro entender y sapiencia nos da, al elegir un abogado no esperes que te haga milagros.
La ética y el profesionalismo son lo que marcan la diferencia, lamentablemente no todos en el medio jurídico lo llevan a cabo. Cuando estas en la etapa de elegir un abogado, podrás encontrarte muchos charlatanes y personas que jurarán y perjurarán que ganarás, todo es cuestión de seleccionar al abogado correcto con las habilidades necesarias para el caso concreto.
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Abogada y Maestra en Administración Pública. Como abogada, he trabajado el ámbito privado en empresas como IBM de México, asesorado a Grupo La moderna, Petit Bribón e ICONE. Dentro del sector público, como responsable jurídico del Instituto Mexiquense de la Juventud y actualmente como parte de a Unidad Administrativa del Consejo de Investigación y Evaluación de la Política Social. En el ámbito escolar, docente de la materia de Derecho de la Empresa en el Tec de Monterrey, líder de generación de la preparatoria Bilingüe en Tec Milenio y docente de las materias human being in society e inglés avanzado. Amante de la lectura y los mandalas, nadadora por convicción y cantante por hobbie.
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