En este artículo tendremos una interesante información que nos hizo llegar Valeria Schapira, experta en relaciones, especialmente para las lectoras de Sentido de Mujer, quien nos dice como tener una linda Navidad a pesar de algunas fricciones familiares que a veces se dan…
Como tener una Navidad en paz y armonía, Valeria nos dice:
Se acerca la festividad con más interacción del año: la Navidad . Revestida de significado religioso para millones de personas, de significados emocionales y frases navideñas , uno que otro mensaje – no siempre positivos – para tantas otras. Motivo de encuentro y desencuentro entre parejas, familias, hermanos y amigos. Lo ideal es, en la medida de lo posible, tener la Navidad en paz, porque de eso se trata la vida y sobre todo las fiestas de fin de año.
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Estas fechas son una gran ocasión para aceitar la comunicación en la familia y en la pareja: charlar con el otro acerca de qué quiere, cómo se siente y qué espera de estos días y los que vienen promoverá el acercamiento y reforzará el vínculo. Siempre que se hable desde el respeto y la comprensión en Navidad el saldo de un buen diálogo será positivo para todos.
He aquí algunos pequeños aportes para que el 25 de diciembre no haya resaca emocional en ningún hogar:
• Tratar de consensuar las necesidades y gustos de todos quienes integran el núcleo familiar o la pareja. Si bien parece una tarea titánica, escuchar qué espera cada quien de esta noche hará que cada uno esté más relajado. Si hay alguien que decide pasar la fiesta en soledad, se impone respetar esta decisión, aunque no se la comparta.
• En el caso de familias ensambladas, padres separados, etc. un diálogo maduro acerca de qué es mejor para los niños y para el bienestar de todos ayudará a prevenir reproches y desavenencias.
• Evitar caer en la cómoda situación de instalarse todos los años en la casa más grande y linda de la familia, a menos que sus dueños insistan en que les da placer organizar allí la fiesta.
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• Es fundamental prestar soporte en la organización de la cena navideña y en la limpieza y orden posterior del lugar en que se concrete. Que se elija un hogar que no es el de uno como sede del encuentro no implica que haya que desentenderse de la logística, de la comida, etc. Si este tema es disparador de problemas, un lugar “neutral” como un restaurante, club de barrio, etcétera puede ser una gran opción.
• Es vital ponerse en el lugar del otro. Estas fiestas pueden remover emociones muchas veces sepultadas, acentuar las ausencias y ser fuente de conflictos. Tratar de entender las razones y los humores de cada quien puede descomprimir un ambiente tenso.
• Los regalos de Navidad no deberían ser un motivo de conflicto. Si el “qué comprar” pasa a ser el eje de la fiesta navideña, no está mal ponerse a pensar por qué eso ha pasado a ser una prioridad. Los obsequios de Navidad son una manera de demostrar amor y agradecimiento pero si desestabilizan la economía, se está frente a un problema.
• No a la desmesura. La música, el alcohol, la comida, todo en su justa medida. Los desbordes siempre se pagan.
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COMO EVITAR QUE LA NAVIDAD TRAIGA PROBLEMAS DE PAREJA:
• Consensuar entre ambos con quiénes quieren compartir la noche es básico. Una decisión salomónica – si la situación geográfica lo permite- es que los miembros de una pareja pasen el 24 con una familia y el 31 con la otra. Si hay situaciones familiares que parecen irreconciliables, pensar que se van a resolver por arte de magia la noche de Navidad , es una falacia.
• No debería constituirse en un drama que uno de los miembros de la pareja opte por no ir a lo de su familia política siempre que esta elección se charle con madurez entre ambos. Pero claro, cada familia es un mundo. Una mentirita piadosa acerca de la ausencia de él o de ella puede prevenir futuras “facturas” y fracturas familiares.
• Si las diferencias son insalvables y la economía lo permite, celebrar la navidad con una escapada a algún destino turístico de a dos pondrá distancia – al menos por este año – del debate acerca de con quién compartir la noche. Y será una buena posibilidad para ir charlando – en lo posible con buen humor- , los planes para el futuro.
• Lo que se gasta – o no – en regalos nunca debería ser un tema de fricción, más bien una posibilidad de rever las prioridades presupuestarias de un hogar presente o futuro. Si el ítem “obsequios” está generando malestar en la pareja, hay que conversarlo. Una buena opción cuando el presupuesto es ínfimo es llevar un obsequio a los dueños de casa y golosinas para los niños.
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