Hablar de la pérdida de un hijo es  difícil  y vivirla durante el embarazo es una situación  más común de lo que creemos.

De acuerdo a los datos del INEGI durante el 2022 en México se registraron 25 mil 41 muertes fetales lo que significó un 8.87% de aumente respecto al 2021 y corresponde a una tasa de 72.2  por cada 100 000 mujeres en edad fértil.

Estos datos nos dejan ver una realidad  social que nos puede sorprender  porque casi todas las mujeres que vivimos la pérdida de un hijo durante la gestación lo hacemos en completo silencio, sin hablarlo y con mucha culpa pensando que somos las responsables de que haya sucedido.

La primera pregunta que generalmente nos hacemos es ¿Qué hice mal?,  junto a esta pregunta nos invade la culpa y tristeza, lo que nos lleva a un duelo interminable y díficil.

Generalmente prefiermos no  hablarlo porque solo escuchamos frases como ”en el próximo embarazo te irá bien”, “estarás bien”, “no era tu momento”, “tu bebé ya es un ángel”, aunque entendemos que las personas tratan de hacernos sentir mejor , se le resta importancia a la pérdida  gestacional,  porque se condiera que hay más oportunidades delante de tener el bebé que deseamos argumentando que es muy común vivir este tipo de pérdidas.

En la mayoría de los casos no se conocen las causas exactas por las que sucede, pueden ser anormalidades congénitas del feto o bien, como fue mi caso, a causa de la toxoplasmosis, un parásito que ataca directamente al bebé en el útero.

El duelo gestacional suele ser silenciado e invisibilizado lo que nos lleva a  vivirlo en soledad y con una carga emocional gigante por la tristeza y la culpa que nos consumen. Nos repiten tanto que debemos ver hacia el futuro que no hay espacio para reconocer y  vivir el duelo por la pérdida del hijo de una forma consciente.

En octubre del 2020 yo tenía 8 semanas de embarazo cuando mi genecólogo a través de un ultrasonio vió que el bebé no se había desarrollado y que no se escuchaba latido, yo me quedé en shock y no supe que decir, solo se me rodaron unas lágrimas por las mejillas mientras me explicaba todos los estudios que debía hacerme, desde los genéticos hasta los rutinarios para tratar de identificar porque había sucedido.

Por supuesto empezamos por el estudio más común y si no se identificaba el problema pasaríamos al siguiente y así sucesivamente hasta encontrar la causa; afortunadamente en mi caso, solo tuve que hacerme un estudio y con  el tratamiento correspondiente me explicaron que no tendría ningún problema para tener el bebé que tanto deseaba.

Tardé 6 meses en volver a embarazarme porque tenía mucho miedo de que este suceso se repitiera nuevamente y debo reconocer que durante todo el embarazo pensaba que cualquier cosa podría provocar que perdiera al bebé; afortunadamente Joaquín nació a las 37 semanas sano y a término.

En mi caso, fue muy rápido el diagnóstico pero en el caso de otras mujeres no es tán fácil e igualmente doloroso porque las pérdidas se repiten varias ocasiones más.

Ayer 15 de octubre se conmemoró el día Día Internacional de Muerte Gestacional, Perinatal y de la Infancia temprana, una fecha en la que las familias que han sufrido la pérdida de un bebé se reunen para hacer consciencia de lo difícil que es el duelo y lo importante qu es visibilizar el dolor de los padres por la pérdida de un bebé y la importancia de otorgarles el espacio para vivir este periodo rodeados de amor y comprensión.

A todas las madres y padres que han perdido uno o más bebés, los abrazo solidaria y respetuosamente, deseando que su bebé arcoiris llegue a transformar el dolor que han llegado a sentir en esperanza y amor.

Diana Calderón Sánchez

Diana Calderón Sánchez

Mamá, abogada, mentora de negocios, fundadora de Empoderarte Mujer Mx, Bazar Empoderarte Mx y Hoja Verde papelería, Host de Charlas entre Mujeres.
Escritora por pasión, colaboradora asidua de causas sociales, trabajando con emprendedoras en el desarrollo y profesionalización de sus negocios.
Creciendo en tribu, siempre buscando como aportar valor a las personas que me rodean.
Mamá de 2 + 3 perritas