Considero que es necesario tener muchas experiencias, buenas y malas para poder al final saber elegir bien. Generalmente le tememos al fracaso, al dolor y al arrepentimiento.
Te contaré una historia real. “Luz María” Una niña de tantas vendiendo chicles en la calle.
Estábamos desayunando en un restaurante en el hermoso pueblo de Tepozotlán, casi habíamos terminado cuando por tercera vez se acercó vendiendo chicles Luz María, una niña de aproximadamente 10 años. Como no deseábamos chicles le preguntamos si quería un poco de café. Hizo un pequeño gesto de disgusto alzando lo hombros como negación. Preguntamos entonces “¿qué deseas?” y nos dijo “fruta”.
En seguida se levantó mi esposo, la llevó hacia el buffet y le dijo “elige ¿qué quieres?”. Ella pidió piña, melón, papaya y sandía. La sentamos a nuestro lado. Penosa y cohibida desayunó su fruta. Al terminar le preguntamos qué más quería y ella respondió que 2 quesadillas de queso. Empezó a comer y después de un rato se acordó, tal vez, de sus hermanitos. Aunque no había terminado su desayuno, nos comentó que deseaba 2 tostadas con frijoles las cuales le dimos.
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Ella sonrió y se quedó quieta por un rato. Extrañados, le preguntamos si ya no iba a comer y sin responder nuevamente se quedó pensando. Finalmente, como ya estábamos por retirarnos, le preguntamos si se las quería llevar y ella respondió que sí. Pedimos que le empacaran sus quesadillas y sus tostadas en un contenedor y salió muy contenta a repartir a sus hermanitos.
La reflexión que deseo hacer después de esta maravillosa experiencia es sobre saber elegir ¿Cuántas veces se nos presentan oportunidades y no logramos verlas? Luz María tomó la oportunidad y llevó para repartir a sus hermanos. Claro, pudo haber elegido pollo, barbacoa o bistec entre una cantidad enorme de platillos diferentes; sin embargo, tal vez su desconocimiento, pena ó disgusto le hizo elegir lo primero que le vino a la mente.
Eligió no comer platillos más complicados, tampoco estoy sugiriendo que dada la oportunidad se comportara de manera abusiva, pero creo que bien pudo haber desayunado más rico y saber elegir mejor.
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Mi reflexión y el objetivo de compartir esta historia es motivarte a experimentar nuevas cosas, a saber elegir, a tomar las oportunidades cuando se te presenten. A arriesgarte y experimentar a saber elegir ¡no pasa nada!
Muchas veces tenemos miedo de comunicar nuestras necesidades, de pedir ayuda, porque le tememos al “no”, al desprecio, a saber elegir se aprende con la buena práctica . Nos acostumbramos a que las cosas son como son porque así deben ser, o porque nuestras costumbres arraigadas no permiten que sean de otra forma.
Si cada día nos arriesgáramos a saber elegir y vivir nuevas experiencias que nos permitieran conocernos cada vez más y conocer el mundo, seríamos seres más libres, seres con más dignidad y sobretodo plenos para saber elegir con mayor determinación.
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Hasta aquí mi reflexión, ARRIESGATE Y EXPERIMENTA, espero que te haya gustado y espero tus valiosos comentarios. No lo olvides saber elegir es una decisión.
Amo la vida | Hace 11 años, decidí encarar mis miedos y darme cuenta que “Todo lo que me limita, me enferma y me paraliza, está dentro de mi corazón y de mi mente” Hoy comparto contigo esta bagaje de conocimientos y experiencias que me transformaron. ¡Espero te sea útil!
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