En los últimos tiempos se ha puesto en duda si el consumo de la leche de vaca es realmente beneficioso para nuestra salud. Al mismo tiempo, diversos especialistas han recomendado el consumo de otras bebidas vegetales, tales como las leches de soya y almendras. Según estas opiniones, se trata de alternativas más saludables.
Lo cierto es que el consumo de lácteos ha disminuido considerablemente en todo el mundo. De acuerdo con Dairy Farmers of America, el consumo de la leche de vaca ha registrado un descenso mundial en los últimos años. Por citar un ejemplo, en Estados Unidos se reportaron pérdidas de mil millones de dólares en 2018.
Diversos especialistas señalan que las diferencias nutricionales entre los diferentes tipos de leche son grandes, sobre todo si nos fijamos en el producto y la marca. Por ello, es importante revisar la información nutritiva de cada uno, para ver cuál es su contenido en grasa, calcio, proteínas y azúcar añadido.
Es importante considerar la cantidad de grasas saturadas, puesto que el colesterol aumenta si las consumimos demasiado. En efecto, aquí radica la principal diferencia entre la leche de vaca y otras, como la de soya o almendras. Estas últimas tienen bajas cantidades de grasa, de modo que en este apartado resultan “más saludables” que la leche de vaca.
Particularmente, la leche de almendras es baja en calorías y no tiene aditivos. Algunos productores de leche de almendra la enriquecen con calcio, para que el aporte de este mineral sea incluso superior a la leche de origen animal. Del mismo modo, destaca el aporte de la vitamina A, B12 y D. Por su parte, la leche de soya carece de colesterol y, aunque tiene menos calcio que la leche de vaca, es beneficiosa para el corazón y el sistema circulatorio.
La mayor demanda de leche a base de plantas ha crecido también debido a la información sobre la producción de la leche de vaca. Es bien conocido que para elaborar productos lácteos se desperdician muchos recursos, especialmente agua. Por si fuera poco, en 2018 un informe reveló que las grandes empresas productoras de carnes y lácteos contaminan más que las compañías líderes de la industria petrolera.
Además, la proliferación de estudios sobre efectos negativos de la leche de vaca han repercutido en la merma de su consumo. Algunas investigaciones señalan que han encontrado efectos negativos en la salud, desde problemas con el acné hasta el aumento de probabilidades de desarrollar cáncer. Nutricionistas, médicos y atletas también se han pronunciado en contra de su consumo.
En tanto, animalistas han protestado sobre la crueldad en la producción de la leche que compramos en el supermercado. La industria de los lácteos insemina a las vacas a la fuerza. Una vez tienen crías, se las arrebatan y las exprimen a más no poder. Una vez su capacidad reproductiva disminuye, son asesinadas.
Todos estos motivos han favorecido el consumo de alternativas. En todo el mundo la leche de almendra , soya, coco, arroz y avena se han convertido en opciones más que interesantes para aquellas personas preocupadas por el ambiente y la salud, así como la forma de vivir de los animales.
Las personas intolerantes a la lactosa también se han unido a estas alternativas saludables. La tendencia de alimentación saludable también ha llevado a miles de personas a cambiar su dieta de manera radical, eliminando cualquier producto que tenga un mínimo de grasas. Esto puede parecer saludable, pero también puede perjudicar nuestra salud si olvidamos consumir los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para su correcto desarrollo.
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